domingo, 31 de octubre de 2010

QUIEN SOY?

Supongamos que chequeas tu correo electrónico, y te ha llegado uno marcado como “importante”. Lo abres y comienzas a leerlo. Estás tan maravillada que no lo puedes creer: ¡este e-mail podría cambiar tu vida y hacer realidad todos tus sueños profesionales!


La oficina de personal de una gran compañía está invitando a postulantes para presentarse a un cargo cómodo, de jerarquía, con una remuneración inicial que representa tres veces tu salario actual, con aumentos sustanciales todos los años y posibilidades formidables. Lo único que tienes que hacer es completar la solicitud de empleo adjunta y remitirla a la compañía. Sin demora, llenas el formulario.


Según la solicitud de empleo, deberás someterte a una revisión completa de identidad. La oficina de personal solicita el envío de un paquete con material que describa en detalle quién eres.


Y acá viene mi pregunta: ¿qué enviarías?


Posiblemente comiences con una fotografía, la que tengas en una pose halagadora y profesional. Revisas tus archivos, y sólo encuentras decenas de fotos en reuniones, o de vacaciones, y te acuerdas que tienes en tu lista de pendientes: borrar estas fotos. Entonces, buscas a un profesional para que te saque una buena foto que te muestre como deseas, en tal caso, una buena edición de photoshop ayudaría a tu objetivo. Preparas entonces tu curriculum vitae: una larga lista de los detalles de tu educación, tu carrera laboral y tus actividades cívicas y religiosas. Para que sobre y no falte, agregas cartas de recomendación de otros empleadores que tuviste, como también, de amistades importantes y por qué no, del pastor de la iglesia a la cual asistes.


Envías tu “paquete” y te sientas a esperar, con una sonrisa, teniendo la certeza de que tan pronto como la gente de recursos humanos de la nueva empresa vea tu CV, el trabajo ya será tuyo. Pero a los pocos días te llega un mail, cuyo asunto es: Solicitud incompleta… y agrega “lo recibido incluye una amplia descripción de tu apariencia, buen desempeño y logros, pero no nos dice mucho sobre quién eres.”


“¡Uf! ¿Cómo que no les dije quién soy?”, es tu pregunta. Piensa en esto: ¿qué cosa te convierte en lo que eres? Considera: no son los atributos físicos, ni tus estudios, ni tus dones espirituales los que de veras revelan quién eres. Estas son capas externas de tu verdadera identidad. No quiero decir que ninguno de los aspectos mencionados carezcan de importancia, y haces bien en cultivarlos y mejorarlos. Pero la verdadera respuesta a la pregunta QUIEN SOY no te califica o descalifica para un mejor trabajo. Necesitas saber quién eres porque este conocimiento es mucho más importante para tu vida que una carrera prestigiosa o lucrativa.


Sólo hay una forma de tener una verdadera visión de ti misma, y es mirarte como Dios te mira.



Puedes comenzar por mirarlo a El y pedirle que te muestre tu verdadera identidad.



Basado en el libro "Mírate como Dios te mira" de Josh Mc Dowell

sábado, 30 de octubre de 2010

AMADA, VALIOSA Y COMPETENTE


¿Qué constituye el fundamento de tu verdadera identidad? Tu verdadera identidad en Cristo se basa en tres columnas:

- Eres digna de ser AMADA

Si te criaste sintiéndote dejada de lado, no querida o despreciada o hasta odiada, debes entender que quienes se transmitieron esa imagen estaban equivocados. Dios te creó a su imagen y te ama como a su propia hija. Dios no comete errores. Si te ama, y no cabe ninguna duda de que te ama, te amará por toda la eternidad. Es fundamental que te concibas como digna de ser amada: esa es la imagen que Dios tiene de ti.

- Eres VALIOSA

Si alguien alguna vez te dijo que eras inútil o que no eras importante, esa persona estaba equivocada. Dios entregó a su querido Hijo para reconciliarse contigo. Si Dios pagó ese rescate fue porque tu valor es incalculable. Es fundamental que entiendas que eres valiosa: esa es la imagen que Dios tiene de ti.

- Eres COMPETENTE

Quizás fuiste siempre la última en terminar una tarea importante o el último a quien elefían para integrar el equipo de béisbol. Como resultado, te consideras incompetente e irresponsable, crees que nadie podría confiar en ti. Puedes no ser la más talentosa, pero Dios te ha dado dones y te ha encargado el supremo ministerio de ser luz en este mundo. Si Dios te confió esa tarea de repercusión eterna, es porque eres plenamente competente. Es fundamental que entiendas que ers competente: esa es la imagen que Dios tiene de ti.

Cuanto más creas y vivas en esta verdad de que eres amada, valiosa y competente, más capacitada estarás para enfrentar la vida y sus problemas. No hablo de algo "posible" para ti. Ya eres amada, valiosa y competente. Así te creó Dios.
Transformar tu sentido de identidad
es cuestión de aceptar y actuar en concordancia
con lo que ya es cierto.
Mirate como Dios te mira, J. Mc Dowell

«Adquirir el hábito de leer y rodearse de buenos libros, es construirse para uno mismo un refugio moral que nos protege de casi todas las miserias de la vida» W. Somerset Maugham, escritor inglés, (1874-1965).

sábado, 23 de octubre de 2010

De todos modos, creo

Yo no lo merecía, pero Él de todos modos lo hizo. Yo no se lo pedí, pero Él de todos modos ya lo había hecho: Jesús murió por mí. Sí, Él tomó mi lugar. El pagó mi rescate con Su vida. ¿Cómo alguien puede amar tanto hasta dar su propia vida en mi favor? Yo no soy mejor que nadie, y sin embargo, Él lo hizo. Así que, aquí estoy, sin merecerlo, sin pedirlo y sin ser mejor que nadie… Jesús, de todos modos, lo hizo.

No es algo virtual, no es algo religioso o místico. Simplemente, cuando creí lo que Jesús hizo por mí, nací de nuevo. No hablo de entrar al vientre de mi madre y volver a salir, lo cual es imposible. Hablo de nacer del Espíritu. Creo que tengo nueva vida. Ya no vivo yo, ahora Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo, lo vivo por la fe en lo que Jesucristo hizo por mí.

No se trata del azar, o de un augurio acerca de mi destino. No me fue revelado por un gurú o una carta natal. Sé que Dios me ha elegido desde antes de nacer para ser Su hija, y que tiene un plan para mí. Creo que mi vida tiene un propósito en Dios. Así lo dice la Biblia, y en ella creo absolutamente. Estoy completamente segura de que el mensaje de Dios que anunciaron los profetas es la verdad. Ese mensaje me dice cómo vivir. Ninguna enseñanza de la Biblia se puede explicar como uno quisiera. Ningún profeta habló por su propia cuenta. Al contrario, todos ellos hablaron de parte de Dios y fueron guiados por el Espíritu Santo.

Entonces, cuando vienen las tormentas de la vida, el desánimo, las dificultades, las situaciones agobiantes, las enfermedades, las pérdidas, los fracasos, las injusticias, yo, de todos modos, creo. Aunque no entienda lo que ocurre. De todos modos, creo. Mi cuerpo se va gastando, pero mi espíritu va cobrando más fuerza. Las dificultades que tengo son pequeñas, y no van a durar siempre. Pero, gracias a ellas, Dios me llenará de la gloria que dura para siempre: una gloria grande y maravillosa.

Sí, de todos modos, creo en Jesús.
«Recomendar buenos libros, es importante; pero mucho más importante que recomendar libros es fomentar el amor a la lectura» Burrhus Frederic. Skinner, (1904-1990) famoso científico norteamericano considerado como una de las figuras más irelevantes en psicología después de Sigmund Freud.